El Síndrome de Bardet-Biedl (SBB) no es una enfermedad contagiosa. Es una enfermedad genética hereditaria y autosómica recesiva, lo que significa que se hereda de los padres que portan el gen mutado. No se puede adquirir el SBB a través de la exposición a una persona afectada.
El SBB es causado por mutaciones en varios genes, siendo el más común el gen BBS1. Estas mutaciones afectan el funcionamiento de los cilios, estructuras microscópicas presentes en muchas células del cuerpo. Los cilios desempeñan un papel crucial en diferentes procesos biológicos, como la visión, el equilibrio, la función renal y el metabolismo de la glucosa.
Los síntomas del SBB pueden variar ampliamente entre los afectados, pero generalmente incluyen problemas de visión, obesidad, polidactilia (presencia de dedos adicionales en manos o pies), retraso en el desarrollo sexual, problemas renales y dificultades de aprendizaje. Estos síntomas pueden manifestarse de manera diferente en cada individuo afectado, incluso dentro de una misma familia.
Debido a que el SBB es una enfermedad genética, las personas que tienen un historial familiar de SBB tienen un mayor riesgo de tener hijos afectados. Sin embargo, es importante destacar que no todas las personas que portan una mutación en los genes asociados con el SBB desarrollarán la enfermedad. Esto se debe a que la manifestación de la enfermedad puede ser variable y depende de múltiples factores genéticos y ambientales.
En resumen, el Síndrome de Bardet-Biedl no es contagioso, ya que se trata de una enfermedad genética hereditaria y no se puede adquirir a través de la exposición a una persona afectada. Es importante buscar asesoramiento genético si se tiene un historial familiar de SBB o si se sospecha de la presencia de la enfermedad.