El giro de 360 grados que la EA le dio a mi vida.

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Todo comenzó un martes 5 de febrero del 2013, después de pasar un fin de semana con una espantosa gripa, desperté y tenía un intenso dolor en la pierna derecha que me dolía hasta al apoyarla en el suelo, el dolor me hacia vomitar pues era muy intenso, así me fui a la escuela por la tarde estaba en tercer grado del Normal, estudiaba para ser maestra.

Al avanzar las horas el dolor se fue haciendo cada vez más insoportable, al llegar la noche no aguanté más y me fui al hospital con mi madre, el doctor de urgencias me sugirió que me quedara en observación y así fue ahí comenzó el calvario para ser diagnosticada, para hacer la historia muy larga, fui diagnosticada por un reumatólogo particular 15 días después de mi ingreso al hospital y después de muchísimos exámenes de todo tipo, desde el típico estudio de sangre hasta la compleja tomografía.

La noche del 18 de febrero recibí mi "esperado" diagnóstico, Espondilitis Anquilosante y para agregarle sabor acompañada de fibromialgia, por supuesto no era la mejor noticia pero por lo menos ya había una respuesta a la incógnita de mis dolores.

Apartir de ese momento mi vida cambio por completo, no sabía cómo enfrentar la situación, ni cómo reaccionar ante ella, era el desafío más complejo que a mi corta edad tenía que sobrellevar, el miedo por supuesto invadió mi mente y mi corazón ya no quería seguir estudiando, estuve un mes encerrada en casa y si no hubiese sido por mi familia y amigos no se cuanto tiempo más hubiese estado así.

Pero llegó el momento de afrontar la prueba y seguir con lo que quedaba de mis planes, de levantar los escombros de mi persona y resurgir poco a poco, ahora vivo día a día, trato de vivir disfrutando cada momento en el puedo caminar, correr, amar, reír, respirar pronfundo, disfruto mi trabajo porque ni la EA logro que desistiera de terminar mi carrera, amo mi profesión, porque es mi vocación, amo estar con mis alumnos y vivo con EA, claro que tengo momentos de dolor, de desesperanción, de incertidumbre pero mi fe en mi Dios me ayuda a seguir y obviamente mis ángeles en la tierra me impulsan día a día.

Sí es difícil vivir con Espondilitis Anquilosante pero ya estamos aquí y es con una misión así que a echarle ganas porque de lo contrario la EA ganaría la batalla y eso no seria nada bueno.

 

Me considero una guerrera porque le estoy dando batalla a esta enfermedad y lo haré hasta mi ùltimo suspiro.