No te desanimes; que este percance no te haga bajar la cabeza. ¡Mira bien en alto! Tu vida cambiará, sí; pero solo un poco. Sigue con tus metas, tus objetivos y, lo más importante..., ¡sigue con tu vida!
— Trata de no cansarte; aunque es difícil, con el tiempo aprendes a cómo no hacerlo.
— Sé feliz; si te estresas, te fatigas.
— Cuídate, cuida tu pecho. De ahora en adelante, tu pecho es tu "talón de Aquiles": cuídalo.
— No te vuelvas loco buscando cosas como éstas, así como hice yo; tienes amigos, familia, y, posiblemente, una pareja; apóyate en ellos.