El vértigo paroxístico benigno (VPB) es una afección caracterizada por episodios recurrentes de vértigo, una sensación de mareo y desequilibrio. Estos episodios pueden ser desencadenados por cambios en la posición de la cabeza, como levantarse rápidamente o girar la cabeza bruscamente.
En general, se recomienda que las personas con VPB eviten actividades que puedan desencadenar los síntomas de vértigo. Sin embargo, esto no significa que deban evitar completamente el ejercicio físico. De hecho, el ejercicio regular puede ser beneficioso para las personas con VPB, ya que puede mejorar la circulación sanguínea y fortalecer los músculos y el equilibrio.
En cuanto al tipo de deporte recomendado, es importante optar por actividades de bajo impacto que no impliquen movimientos bruscos de la cabeza. Algunas opciones adecuadas podrían ser caminar, nadar, montar en bicicleta estática o practicar yoga. Estas actividades no solo son suaves para el sistema vestibular, sino que también proporcionan beneficios cardiovasculares y de fortalecimiento muscular.
En cuanto a la frecuencia e intensidad del ejercicio, es recomendable comenzar de manera gradual y escuchar siempre al cuerpo. Es importante no exceder los límites personales y detenerse si se experimentan síntomas de vértigo durante la actividad física. Se sugiere comenzar con sesiones cortas de ejercicio, como caminar durante 10-15 minutos al día, e ir aumentando gradualmente la duración y la intensidad a medida que el cuerpo se adapte.
Es fundamental tener en cuenta que cada persona es única y puede responder de manera diferente al ejercicio. Por lo tanto, es recomendable consultar con un médico o fisioterapeuta especializado antes de comenzar cualquier programa de ejercicio, especialmente si se padece de VPB. El profesional de la salud podrá evaluar la situación individual y brindar recomendaciones específicas y personalizadas.
En resumen, aunque las personas con VPB deben evitar actividades que desencadenen los síntomas de vértigo, el ejercicio físico regular puede ser beneficioso. Se recomienda optar por actividades de bajo impacto, como caminar, nadar, montar en bicicleta estática o practicar yoga. La frecuencia e intensidad del ejercicio deben ser adaptadas a las necesidades y límites individuales, y es fundamental consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de ejercicio.