La Atresia Biliar es una enfermedad rara que afecta a los conductos biliares del hígado en los recién nacidos. Se caracteriza por una obstrucción o cierre de los conductos biliares, lo que impide el flujo normal de la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. A continuación, se describirán los síntomas más comunes de esta enfermedad.
Uno de los primeros signos de la Atresia Biliar es la ictericia, que se manifiesta como una coloración amarillenta de la piel y los ojos. Esto ocurre debido a la acumulación de bilirrubina en el organismo, ya que no puede ser eliminada correctamente. La ictericia suele aparecer en las primeras semanas de vida y puede ser uno de los síntomas más evidentes de la enfermedad.
Además de la ictericia, los bebés con Atresia Biliar pueden presentar heces de color claro o blanquecino, debido a la falta de bilis en el intestino. También pueden experimentar orina oscura, debido a la presencia de bilirrubina en la orina. Estos cambios en el color de las heces y la orina son señales de que algo no funciona correctamente en el sistema biliar.
Otro síntoma común de la Atresia Biliar es el crecimiento deficiente. Los bebés afectados pueden tener dificultades para ganar peso y crecer de manera adecuada. Esto se debe a la falta de absorción de nutrientes debido a la obstrucción de los conductos biliares, lo que puede llevar a la desnutrición y al retraso en el desarrollo.
Además, los bebés con Atresia Biliar pueden presentar hepatomegalia, que es el agrandamiento del hígado. Esto se debe a la acumulación de bilis en el hígado, lo que provoca su inflamación y agrandamiento. El hígado puede sentirse duro y doloroso al tacto.
Otros síntomas menos comunes de la Atresia Biliar pueden incluir irritabilidad, fatiga, distensión abdominal y sangrado fácil. Estos síntomas pueden variar en cada paciente y no todos los bebés los presentarán.
Es importante destacar que la Atresia Biliar es una enfermedad progresiva y sin tratamiento adecuado, puede llevar a la cirrosis hepática y la insuficiencia hepática en los primeros meses de vida. Por lo tanto, es fundamental reconocer los síntomas tempranamente y buscar atención médica especializada.
En conclusión, los síntomas más comunes de la Atresia Biliar incluyen ictericia, heces de color claro, orina oscura, crecimiento deficiente y hepatomegalia. Estos síntomas pueden variar en cada paciente y es importante buscar atención médica para un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado. La Atresia Biliar es una enfermedad grave que requiere intervención médica especializada para mejorar el pronóstico y la calidad de vida del paciente.