La Brucelosis, también conocida como Fiebre de Malta, no es una enfermedad hereditaria. Se trata de una infección bacteriana que se adquiere principalmente a través del contacto con animales infectados o el consumo de productos lácteos no pasteurizados. No se transmite de padres a hijos a través de los genes. Es importante tomar medidas de prevención, como la higiene adecuada y el consumo de alimentos seguros, para evitar la infección por Brucelosis.
La brucelosis, también conocida como fiebre de Malta, no es una enfermedad hereditaria. La brucelosis es una infección bacteriana que se transmite principalmente a través del contacto directo con animales infectados o el consumo de productos lácteos no pasteurizados contaminados.
La bacteria responsable de la brucelosis es la Brucella, que puede afectar a una amplia variedad de animales, como vacas, cabras, ovejas y cerdos. Los seres humanos pueden contraer la enfermedad al entrar en contacto con los fluidos corporales de estos animales infectados, como la leche, el semen o la sangre.
Es importante destacar que la brucelosis no se transmite de persona a persona, por lo que no se considera una enfermedad hereditaria. Sin embargo, en casos muy raros, puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo o el parto, lo que se conoce como transmisión vertical. Estos casos son extremadamente infrecuentes y representan una pequeña proporción de los casos totales de brucelosis.
La brucelosis puede causar una variedad de síntomas en los seres humanos, que incluyen fiebre, dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular y articular, así como inflamación de los ganglios linfáticos. En casos más graves, la infección puede afectar a órganos como el corazón, el hígado o el sistema nervioso.
Para prevenir la brucelosis, es importante tomar precauciones al manipular animales infectados o sus productos, como usar guantes y ropa protectora, así como consumir productos lácteos pasteurizados. Además, es fundamental buscar atención médica si se presentan síntomas sospechosos, ya que el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden ayudar a prevenir complicaciones.