La prevalencia de la Coroideremia es una enfermedad rara que afecta principalmente a los hombres. Se estima que afecta a aproximadamente 1 de cada 50,000 a 100,000 personas en todo el mundo. Esta condición se caracteriza por la degeneración progresiva de la coroides, una capa de tejido en la parte posterior del ojo que es esencial para la visión. Los síntomas suelen aparecer en la adolescencia o en la edad adulta temprana y pueden incluir pérdida de visión periférica, disminución de la agudeza visual y dificultad para ver en condiciones de poca luz. Aunque no existe cura para la Coroideremia en la actualidad, se están realizando investigaciones y ensayos clínicos para desarrollar tratamientos que puedan ralentizar o detener la progresión de la enfermedad.
La Coroideremia es una enfermedad genética rara que afecta principalmente a los hombres. Se caracteriza por la degeneración progresiva de la coroides, una capa de tejido ubicada en la parte posterior del ojo que es responsable de suministrar nutrientes y oxígeno a la retina. Esta degeneración conduce a la pérdida gradual de la visión periférica y central, lo que puede resultar en ceguera total en etapas avanzadas de la enfermedad.
La prevalencia de la Coroideremia varía según las poblaciones estudiadas. En general, se estima que afecta a aproximadamente 1 de cada 50,000 a 100,000 personas en todo el mundo. Sin embargo, en algunas poblaciones específicas, como en Finlandia, la prevalencia puede ser más alta, llegando a afectar a 1 de cada 17,000 hombres.
Es importante destacar que la Coroideremia es una enfermedad hereditaria ligada al cromosoma X, lo que significa que es transmitida por las madres portadoras a sus hijos varones. Las mujeres portadoras tienen una copia normal del gen y una copia mutada, lo que generalmente no causa síntomas en ellas. Sin embargo, pueden transmitir la enfermedad a sus hijos varones con una probabilidad del 50%.
Aunque la Coroideremia es una enfermedad rara, los avances en la investigación genética y en terapias génicas están brindando nuevas esperanzas para el tratamiento de esta enfermedad. Actualmente, se están llevando a cabo ensayos clínicos para evaluar la eficacia de terapias génicas que podrían detener o ralentizar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados.