La Coroideremia es una enfermedad genética rara que afecta principalmente a los hombres y se caracteriza por la degeneración progresiva de la coroides, la retina y el epitelio pigmentario de la retina. Esta enfermedad es causada por mutaciones en el gen CHM, que se encuentra en el cromosoma X.
Los síntomas de la Coroideremia suelen aparecer en la adolescencia o en la edad adulta temprana, aunque en algunos casos pueden manifestarse en la infancia. Estos síntomas pueden variar en su gravedad y progresión de una persona a otra, pero generalmente incluyen:
1. Pérdida de la visión periférica: Uno de los primeros síntomas de la Coroideremia es la disminución de la visión periférica. Esto significa que la persona afectada tiene dificultades para ver objetos que se encuentran en los lados o en la parte superior e inferior de su campo visual.
2. Visión nocturna deficiente: Otra característica común de la Coroideremia es la dificultad para ver en condiciones de poca luz. Las personas afectadas pueden experimentar problemas para adaptarse a la oscuridad y pueden tener dificultades para ver objetos en la noche o en ambientes con poca iluminación.
3. Disminución de la agudeza visual: Con el tiempo, la Coroideremia puede llevar a una disminución progresiva de la agudeza visual. Esto significa que la persona afectada puede tener dificultades para ver con claridad los objetos a distancia o para leer letras pequeñas.
4. Cambios en la visión de los colores: Algunas personas con Coroideremia pueden experimentar cambios en la percepción de los colores. Pueden tener dificultades para distinguir ciertos tonos o para ver colores vivos y brillantes.
5. Ceguera central: En las etapas avanzadas de la enfermedad, la Coroideremia puede llevar a la pérdida de la visión central. Esto significa que la persona afectada puede tener dificultades para leer, reconocer rostros o realizar tareas que requieran una visión nítida en el centro del campo visual.
Es importante destacar que la Coroideremia es una enfermedad progresiva, lo que significa que los síntomas empeoran con el tiempo. Sin embargo, la velocidad de progresión puede variar de una persona a otra. En algunos casos, la pérdida de la visión puede ser lenta y gradual, mientras que en otros puede ser más rápida.
Si sospechas que puedes tener Coroideremia o si tienes antecedentes familiares de la enfermedad, es importante que consultes a un médico especialista en oftalmología. El diagnóstico temprano puede ser crucial para recibir un tratamiento adecuado y para manejar los síntomas de manera efectiva.