La Enfermedad Granulomatosa Crónica (EGC) es un trastorno genético raro que afecta al sistema inmunológico. Los síntomas de la EGC pueden variar en severidad y pueden aparecer en la infancia o en la edad adulta. A continuación, se describen los síntomas más comunes de esta enfermedad.
Uno de los principales síntomas de la EGC es la susceptibilidad a infecciones recurrentes y graves. Esto se debe a que las células del sistema inmunológico, llamadas neutrófilos, no funcionan correctamente en las personas con EGC. Estas infecciones pueden afectar a diferentes partes del cuerpo, como los pulmones, la piel, los ganglios linfáticos, el hígado y los huesos.
Además, las personas con EGC pueden experimentar síntomas como fiebre persistente, fatiga crónica, pérdida de peso inexplicada y retraso en el crecimiento en los niños. También pueden presentar abscesos recurrentes, que son acumulaciones de pus en diferentes áreas del cuerpo.
Otro síntoma característico de la EGC es la formación de granulomas, que son áreas de inflamación crónica en los tejidos. Estos granulomas pueden afectar a varios órganos, como los pulmones, los intestinos y los riñones. Los granulomas pueden causar síntomas como tos crónica, dificultad para respirar, dolor abdominal y sangre en la orina.
Es importante destacar que los síntomas de la EGC pueden variar ampliamente entre los individuos afectados. Algunas personas pueden tener síntomas leves y solo experimentar infecciones ocasionales, mientras que otras pueden tener síntomas más graves y recurrentes.
En resumen, los síntomas de la Enfermedad Granulomatosa Crónica incluyen susceptibilidad a infecciones recurrentes y graves, fiebre persistente, fatiga crónica, pérdida de peso inexplicada, retraso en el crecimiento, formación de abscesos y granulomas en diferentes órganos. Si se sospecha de la EGC, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno.