La Leucemia Mieloide Crónica (LMC) es un tipo de cáncer que afecta a las células sanguíneas y se caracteriza por una producción excesiva de glóbulos blancos inmaduros en la médula ósea. Esta enfermedad se desarrolla debido a una alteración genética en las células madre de la médula ósea, donde se produce un cambio en el cromosoma 22, conocido como el cromosoma Filadelfia.
El cromosoma Filadelfia es el resultado de una translocación entre los cromosomas 9 y 22, lo que da lugar a la formación de un gen anormal llamado BCR-ABL. Este gen produce una proteína anómala que activa una cascada de señales que promueven la proliferación descontrolada de las células sanguíneas.
La LMC se divide en tres fases: crónica, acelerada y blástica. En la fase crónica, los síntomas pueden ser leves o inexistentes, y la enfermedad puede permanecer estable durante años. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, las células cancerosas pueden comenzar a acumularse en la médula ósea y desplazar a las células sanas, lo que puede llevar a la aparición de síntomas como fatiga, debilidad, pérdida de peso y dolor óseo.
El diagnóstico de la LMC se realiza mediante análisis de sangre y biopsia de médula ósea para detectar la presencia del gen BCR-ABL. Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento de la LMC se basa en el uso de terapias dirigidas, como los inhibidores de la tirosina quinasa, que bloquean la acción de la proteína anómala y ayudan a controlar la proliferación de las células cancerosas.
En algunos casos, cuando los tratamientos convencionales no son efectivos o la enfermedad progresa a una fase más avanzada, puede ser necesario realizar un trasplante de células madre hematopoyéticas. Este procedimiento consiste en reemplazar las células sanguíneas enfermas por células sanas de un donante compatible.
Aunque la LMC no tiene cura, los avances en el tratamiento han mejorado significativamente el pronóstico de los pacientes. La mayoría de las personas con LMC pueden llevar una vida normal durante muchos años, siempre y cuando sigan el tratamiento adecuado y se realicen controles médicos regulares.
En resumen, la Leucemia Mieloide Crónica es un tipo de cáncer de la sangre que se caracteriza por una producción excesiva de glóbulos blancos inmaduros debido a una alteración genética. Aunque es una enfermedad crónica, el tratamiento adecuado y los avances médicos han mejorado el pronóstico de los pacientes, permitiéndoles llevar una vida normal durante muchos años.