El Síndrome de Cohen, también conocido como síndrome de los ojos de gato, es una enfermedad genética extremadamente rara que afecta a múltiples sistemas del cuerpo. Afecta aproximadamente a 1 de cada 100,000 personas en todo el mundo. Dado que es una enfermedad genética, no es contagiosa en absoluto.
El síndrome de Cohen se caracteriza por una combinación de características físicas y problemas de salud. Algunos de los síntomas comunes incluyen retraso en el crecimiento, discapacidad intelectual, rasgos faciales distintivos, como ojos inclinados hacia abajo y una abertura anormal en el ojo similar a una pupila de gato, así como problemas de visión, hipotonía muscular y dificultades en el habla.
Debido a que el síndrome de Cohen es causado por mutaciones genéticas, no se puede transmitir de una persona a otra. No es una enfermedad infecciosa ni se propaga a través de la exposición a un individuo afectado. La condición es hereditaria y se transmite de padres a hijos a través de un patrón autosómico recesivo, lo que significa que ambos padres deben portar el gen mutado para que su hijo desarrolle el síndrome.
Es importante destacar que el síndrome de Cohen es extremadamente raro y la probabilidad de que dos personas con la mutación genética se encuentren y tengan descendencia afectada es muy baja. Por lo tanto, no hay motivo de preocupación en términos de contagio o propagación de esta enfermedad.
En resumen, el síndrome de Cohen no es contagioso en absoluto. Es una enfermedad genética extremadamente rara que se hereda de los padres y no se propaga a través de la exposición a un individuo afectado.