El Síndrome periódico asociado a la criopirina (CAPS, por sus siglas en inglés) es una enfermedad autoinflamatoria rara que se caracteriza por episodios recurrentes de inflamación sistémica. Fue descubierto en la década de 1990 por el médico francés Daniel Kastner y su equipo de investigadores.
La historia del CAPS comienza con el descubrimiento de una proteína llamada criopirina, que se encuentra en el cuerpo humano y desempeña un papel crucial en la regulación de la inflamación. En 2001, se identificó una mutación en el gen que codifica la criopirina como la causa subyacente del CAPS. Esta mutación conduce a una sobreproducción de una proteína inflamatoria llamada interleucina-1 beta (IL-1β), lo que desencadena la inflamación crónica en el cuerpo.
Antes del descubrimiento de la mutación de la criopirina, los médicos no entendían completamente la causa de los síntomas recurrentes de inflamación en los pacientes con CAPS. Estos pacientes experimentaban episodios de fiebre, erupciones cutáneas, dolor en las articulaciones y otros síntomas similares a los de enfermedades autoinmunes, pero no se ajustaban a los criterios diagnósticos de ninguna enfermedad conocida en ese momento.
El descubrimiento de la mutación de la criopirina permitió a los médicos comprender mejor la base genética del CAPS y desarrollar pruebas de diagnóstico más precisas. Además, sentó las bases para el desarrollo de tratamientos específicos para esta enfermedad.
Uno de los primeros tratamientos desarrollados para el CAPS fue el uso de un medicamento llamado anakinra, que es un antagonista de la IL-1β. Este medicamento bloquea los efectos de la IL-1β y reduce la inflamación en los pacientes con CAPS. Sin embargo, a pesar de su eficacia, el anakinra requería inyecciones diarias, lo que dificultaba su administración a largo plazo.
En los últimos años, se han desarrollado otros tratamientos para el CAPS que son más convenientes para los pacientes. Estos incluyen medicamentos como el canakinumab y el rilonacept, que se administran mediante inyecciones subcutáneas o intravenosas menos frecuentes.
Además de los avances en el tratamiento, la investigación sobre el CAPS ha llevado a un mayor entendimiento de los mecanismos subyacentes de la inflamación en otras enfermedades autoinflamatorias. Se ha descubierto que la sobreproducción de IL-1β también está implicada en enfermedades como la artritis reumatoide y la enfermedad de Behçet, lo que ha llevado al desarrollo de nuevos tratamientos para estas enfermedades.
En resumen, la historia del Síndrome periódico asociado a la criopirina es una historia de descubrimiento científico y avances en el tratamiento de enfermedades autoinflamatorias. El descubrimiento de la mutación de la criopirina ha permitido a los médicos comprender mejor esta enfermedad y desarrollar tratamientos más efectivos para los pacientes. A medida que se continúa investigando, es probable que se descubran más avances en el diagnóstico y tratamiento del CAPS, lo que mejorará la calidad de vida de los pacientes que sufren esta enfermedad.