La urticaria por presión tardía, también conocida como urticaria por presión retardada, es una condición dermatológica en la cual se desarrollan ronchas o habones en la piel después de aplicar presión sobre ella. Estas lesiones suelen aparecer de manera tardía, es decir, después de varias horas de haberse ejercido la presión.
La urticaria por presión tardía puede ser desencadenada por diversos factores, como el uso de ropa ajustada, el roce de objetos sobre la piel, el apoyo prolongado en una superficie dura o incluso el uso de cinturones o correas. Estas acciones pueden causar una liberación excesiva de histamina, una sustancia química involucrada en las respuestas alérgicas, lo que desencadena la aparición de las ronchas.
Los síntomas de esta condición suelen incluir la aparición de habones rojizos, inflamación, picazón y ardor en la zona afectada. Estas lesiones pueden persistir durante horas o incluso días, generando molestias significativas en la persona afectada.
El diagnóstico de la urticaria por presión tardía se realiza a través de la evaluación clínica de los síntomas y la realización de pruebas de presión en la piel. El tratamiento puede incluir la administración de antihistamínicos para aliviar los síntomas y evitar la aparición de nuevas lesiones.
Es importante destacar que, si bien la urticaria por presión tardía puede ser incómoda y molesta, rara vez representa un riesgo para la salud. Sin embargo, en casos más graves, puede ser necesario el seguimiento con un dermatólogo para un manejo adecuado de la condición.
En conclusión, la urticaria por presión tardía es una reacción de la piel caracterizada por la aparición de ronchas después de ejercer presión sobre ella. Aunque puede generar molestias significativas, su tratamiento suele ser efectivo y la condición no suele representar un riesgo grave para la salud.