La medicina natural considera dos tipos básicos de presión: la exógena o producida por elementos externos al enfermo, y la endógena que es la consecuencia de problemas orgánicos. En ambas, el estado del individuo es de sumo abatimiento, aunque el tratamiento natural debe corregir la causa. Hay distintas plantas medicinales y terapias alternativas, entre ellas el aminoácido L-fenilalanina y la reflexión del perdón mediante el Ho'oponopono.