Recibir un diagnóstico de disautonomía o síndrome de taquicardia postural ortostática (POTS, por sus siglas en inglés) puede ser abrumador y desafiante. Aquí hay algunos consejos que podrían ayudar a alguien recién diagnosticado a manejar su condición:
1. Educarse sobre la disautonomía y el POTS: Aprender sobre la condición es fundamental para comprenderla y manejarla de manera efectiva. Investiga sobre los síntomas, las posibles causas, las opciones de tratamiento y las estrategias de autocuidado. Consulta fuentes confiables como organizaciones médicas, libros y artículos científicos.
2. Establecer una relación de confianza con el médico: Encuentra un médico especializado en disautonomía o POTS y trabaja en estrecha colaboración con él o ella. Haz preguntas, comparte tus preocupaciones y sé honesto/a acerca de tus síntomas. Una buena comunicación con tu médico es clave para recibir el tratamiento adecuado.
3. Construir un equipo de apoyo: Busca grupos de apoyo en línea o en tu comunidad donde puedas conectarte con otras personas que enfrentan desafíos similares. Compartir experiencias, consejos y emociones con personas que comprenden tu situación puede ser muy reconfortante. También puedes considerar la terapia individual o grupal para ayudarte a lidiar con los aspectos emocionales de vivir con una enfermedad crónica.
4. Establecer límites y prioridades: Aprende a escuchar a tu cuerpo y a respetar tus límites. La disautonomía y el POTS pueden causar fatiga extrema y limitaciones físicas, por lo que es importante aprender a priorizar tus actividades y descansar cuando sea necesario. No te sientas culpable por decir "no" a compromisos que te agoten o te desencadenen síntomas.
5. Implementar estrategias de manejo de síntomas: Aprende técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o el yoga para ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, que pueden empeorar los síntomas. También puedes explorar opciones de tratamiento como la terapia física, la terapia ocupacional y la terapia de ejercicios específicos para mejorar la fuerza y la resistencia.
6. Adaptar tu estilo de vida: Realiza ajustes en tu rutina diaria para adaptarte a tus necesidades. Por ejemplo, puedes considerar la posibilidad de utilizar dispositivos de asistencia, como bastones o sillas de ruedas, para ayudarte a conservar energía. Organiza tu entorno de manera que sea más accesible y seguro para ti.
7. Mantener una alimentación saludable: Una dieta equilibrada puede ayudar a controlar los síntomas de la disautonomía y el POTS. Evita los alimentos procesados, ricos en sodio y azúcares refinados, ya que pueden empeorar los síntomas. En cambio, opta por alimentos frescos, ricos en nutrientes y con un equilibrio adecuado de proteínas, carbohidratos y grasas saludables.
8. Hacer ejercicio de manera segura: Aunque el ejercicio puede ser desafiante con la disautonomía y el POTS, es importante mantener una actividad física adecuada. Consulta con tu médico para desarrollar un plan de ejercicio seguro y adaptado a tus necesidades. El ejercicio de bajo impacto, como la natación o el yoga suave, puede ser beneficioso para mejorar la circulación y fortalecer los músculos.
9. Mantener una actitud positiva: A pesar de los desafíos que enfrentas, trata de mantener una mentalidad positiva. Celebra los pequeños logros y encuentra actividades que te brinden alegría y satisfacción. Busca formas de mantener tus intereses y pasiones, aunque sea en una escala más pequeña.
Recuerda que cada persona con disautonomía o POTS es única y puede requerir diferentes enfoques de manejo. Trabaja en colaboración con tu equipo médico para encontrar las estrategias que mejor se adapten a ti. No te desanimes y busca el apoyo necesario para sobrellevar tu condición de la mejor manera posible.