El elastofibroma dorsal es una enfermedad poco común que se caracteriza por la formación de una masa benigna en la región dorsal del tórax, específicamente en el área de los músculos romboides. Aunque la causa exacta de esta enfermedad no se conoce con certeza, se han propuesto varias teorías sobre sus posibles causas.
Una de las teorías sugiere que el elastofibroma dorsal puede ser causado por la acumulación anormal de tejido conectivo en respuesta a la fricción crónica entre los músculos romboides y las costillas. Esta fricción repetitiva podría provocar una respuesta inflamatoria crónica, lo que resulta en la formación de la masa característica del elastofibroma dorsal.
Otra teoría plantea que el elastofibroma dorsal puede estar relacionado con la degeneración del tejido conectivo debido al envejecimiento. Se cree que con el tiempo, el tejido conectivo en la región dorsal del tórax puede volverse menos elástico y más propenso a la acumulación de fibras de colágeno y elastina, lo que finalmente conduce a la formación del elastofibroma dorsal.
Además, se ha observado que el elastofibroma dorsal es más común en mujeres mayores de 50 años. Esto ha llevado a especular que los cambios hormonales asociados con la menopausia podrían desempeñar un papel en el desarrollo de esta enfermedad. Sin embargo, esta teoría aún no ha sido confirmada y se requiere más investigación para comprender mejor esta posible relación.
Aunque el elastofibroma dorsal no se considera una enfermedad hereditaria, se ha observado que en algunos casos hay una predisposición familiar a desarrollar esta enfermedad. Esto sugiere que puede haber un componente genético involucrado en su aparición, aunque los genes específicos aún no se han identificado.
En resumen, aunque no se conoce la causa exacta del elastofibroma dorsal, se cree que la fricción crónica entre los músculos romboides y las costillas, la degeneración del tejido conectivo relacionada con el envejecimiento y los cambios hormonales asociados con la menopausia podrían desempeñar un papel en su desarrollo. Sin embargo, se requiere más investigación para comprender completamente las causas de esta enfermedad poco común.