El cáncer de endometrio, también conocido como cáncer de útero, es una enfermedad que afecta el revestimiento interno del útero, conocido como endometrio. Aunque no se conoce con certeza la causa exacta de esta enfermedad, existen varios factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollarla.
Uno de los principales factores de riesgo es el desequilibrio hormonal. El exceso de estrógeno en el cuerpo, ya sea debido a la obesidad, la terapia hormonal sustitutiva o el síndrome de ovario poliquístico, puede estimular el crecimiento anormal del endometrio y aumentar el riesgo de cáncer.
La edad también es un factor importante, ya que el cáncer de endometrio es más común en mujeres mayores de 50 años. Esto se debe a que a medida que envejecemos, los niveles de estrógeno disminuyen y el endometrio se vuelve más delgado, lo que reduce el riesgo de cáncer.
La historia familiar de cáncer de endometrio o de otros tipos de cáncer también puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad. Algunas mutaciones genéticas heredadas, como las del gen MLH1, MSH2, MSH6 y PMS2, están asociadas con un mayor riesgo de cáncer de endometrio.
Además, las mujeres que nunca han tenido hijos o que han tenido problemas de infertilidad también pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer de endometrio. Esto se debe a que el embarazo y el parto reducen la exposición del endometrio a los estrógenos y pueden ayudar a prevenir el cáncer.
Otros factores de riesgo incluyen la diabetes, la hipertensión arterial, el síndrome metabólico y el uso prolongado de tamoxifeno, un medicamento utilizado en el tratamiento del cáncer de mama.
En resumen, aunque no se conoce la causa exacta del cáncer de endometrio, existen varios factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar la enfermedad. El desequilibrio hormonal, la edad, la historia familiar de cáncer, la infertilidad y otros problemas de salud pueden influir en el desarrollo de esta enfermedad. Es importante tener en cuenta estos factores y tomar medidas preventivas, como mantener un peso saludable, controlar las enfermedades crónicas y someterse a revisiones ginecológicas regulares, para reducir el riesgo de cáncer de endometrio.