- Fascitis Eosinofílica
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Respuesta del cuerpo a problemas de la mente
En el año 1985, desgraciadamente, perdí a mi hijo mayor de 9 años
Este hecho me llevó a un estado de desesperación total, sin ganas de nada; ni siquiera de vivir
Al cabo de 2 años, empece a tener los síntomas de lo que mas tarde me diagnosticaron como
*Fascitis eosinofílica, y *Líquenes atróficos
Inicialmente, la piel de brazos y piernas, casi al 100%, se empezó a endurecer y a ponerse muy tersa, perdiendo todo el vello
Seguido de una sensación de que mis piernas y brazos me pesaban muchísimo más de lo normal
Perdí movilidad a la vez que cualquier pequeño roce en los sitios afectados me producía un dolor muy exagerado, sobre todo comparado con el pequeño roce o golpecito. Se me rompía la piel con "nada" produciendome ulceras en la piel que curaban tarde y mal. Si el golpe era un poco superior, el dolor era inaguantable con una sensación de que empezaba poco a poco subiendo, hasta alcanzar cotos que me hacian llorar
Se fue añadiendo la sensación de que mis huesos estaban realmente congelados. Mi piel mantenía su temperatura normal, pero mi sensación era que los huesos eran "cubitos de hielo"
La fascitis y su atrofía muscular, con las mismas sensaciones, me paso al resto del cuerpo; vientre, pecho, incluso el cuello.
En esos momento era totalmente inválido; me costaba mucho moverme, hacer cualquier cosa; no podía ducharme solo, ni siquiera darme la vuelta en la cama. El ángulo de abertura de mis manos era mínimo. Muy fuerza, nula
Recurrrí a distintos médicos sin que nadie me aportara ningún diagnóstico.
Finalmente, en el hospital Puerta de Hierro de Madrid fué diagnósticado
Pasé a ser tratado en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, donde me trataron con corticoides en plan choque. El resultado fue totalmente nulo
En el año 1992, recurrí a la Clínica Universitaria de Navarra. Allí me confirmaron el diagnóstico y me trataron con Ciclosporina.
El seguimiento de este tratamiento me lo hicieron en el Hospital Ramón y Cajal. El resultado de la ciclosporina fue muy bien. Poco a poco fui recuperando movilidad hasta conseguir, no el 100% pero si un grado que me permite llevar una vida "normal".
Habian pasado 10 años
Personalmente estoy convencido de que mi estado anímico, me llevó a la degeneración física. ¿Es así?
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