La Parálisis de Erb-Duchenne, también conocida como parálisis braquial obstétrica, es una lesión nerviosa que afecta principalmente a los recién nacidos durante el parto. Recibe su nombre en honor a los médicos franceses Charles Émile Erb y Guillaume Duchenne, quienes describieron por primera vez esta condición en la década de 1860.
La parálisis de Erb-Duchenne ocurre cuando los nervios que controlan el movimiento y la sensibilidad del brazo y el hombro se dañan durante el parto. Esto puede ocurrir debido a una tracción excesiva o una posición anormal del bebé durante el proceso de nacimiento. La lesión suele ocurrir en el plexo braquial, una red de nervios que se extiende desde la columna vertebral hasta el brazo.
Los síntomas de esta condición varían según la gravedad de la lesión. En casos leves, el bebé puede tener dificultad para mover el brazo afectado, mientras que en casos más graves, el brazo puede estar completamente paralizado. Además, la sensibilidad y el control muscular también pueden verse afectados.
El diagnóstico de la parálisis de Erb-Duchenne se realiza mediante un examen físico y pruebas de imagen, como la resonancia magnética, para evaluar el alcance de la lesión nerviosa. El tratamiento inicialmente se enfoca en la terapia física y ocupacional para mejorar el rango de movimiento y fortalecer los músculos afectados. En casos más graves, puede ser necesaria una cirugía para reparar los nervios dañados.
Afortunadamente, la mayoría de los bebés con parálisis de Erb-Duchenne se recuperan con el tiempo y la terapia adecuada. Sin embargo, en algunos casos, pueden persistir problemas a largo plazo, como debilidad muscular o limitaciones en el movimiento del brazo afectado.
En resumen, la parálisis de Erb-Duchenne es una lesión nerviosa que ocurre durante el parto y afecta principalmente al brazo y al hombro del recién nacido. Aunque puede ser una condición preocupante, con el tratamiento adecuado, la mayoría de los bebés pueden recuperarse y llevar una vida normal.