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Alejandra temblorosita

Comencé aproximadamente a los 13 años cuando cambié de residencia, de colegio, de clima, de amigos y me tuve que alejar de parte de mi familia por el cambio de ciudad con mi núcleo familiar más cercano. Me volví muy nerviosa porque eran cosas muy nuevas y siempre estuve en mi zona de confort y fue muy difícil, lo cual empeoró y desarrolló más rápido lo que no sabía que tenía. Comencé a temblar muchísimo al pasar al tablero con una profesora a la que le tenía mucho miedo y era bastante incomprensiva, dura y antipática, pensaba que eran solo nervios en un alto nivel. Pero cuando cambie de horario en esa misma institución al de la mañana y cambié de ambiente social y de profesores, me sentí mucho mejor, ya los "nervios disminuyeron" de estar así todo el tiempo, pero por medio de acciones tan básicas como pagar, tomar un vaso con líquido en el colegio y cosas así, me comencé a dar cuenta que tenía un temblor que ya no era normal, fui a médicos generales y me decían que era por la adolescencia, que eso muchos lo tenían y luego se me iba a pasar, pero nadie me hacía caso hasta que un médico me envió al neurólogo, me hicieron exámenes y me dijeron que en el cerebro todo estaba bien. Pero yo insistía en que algo no estaba bien conmigo y me diagnosticaron finalmente TE (Temblor esencial). Me formularon propanolol pero tuve efectos adversos, se me dormían las manos y los pies, mucho más al tener contacto con el agua. Así que cambié de neurólogo porque ese no me ayudó en mucho. El siguiente neurólogo me formuló imipramina pero no me funcionó, cuando lo volví a ver me formuló pregabalina y le subió la dosis a la imipramina. Llevo hasta el momento ya casi tres meses de tratamiento pero yo siento que sigo igual. De todas maneras todos los organismos no reaccionan igual y seguiré buscando la forma de disminuir en gran medida los síntomas. Encontré un grupo virtual de apoyo, donde hay varias personas de diferentes partes del mundo con el mismo padecimiento y nos contamos nuestras historias, experiencias, anécdotas y nos reímos un poco sobre ello, tratamos de tomarnolo con humor y de darnos apoyo los unos a los otros, cuando uno esta mal un día, el otro le apoya y es un gran aliento en días difíciles. Con ello pude también comprender que hay mucha desinformación, que normalmente los médicos no ponen atención a los síntomas que los pacientes están teniendo y expresando, no se les informa a fondo tampoco de lo que es realmente el TE, solo te dan una mirada superficial, cuando es importante hacer saber puntos importantes y de la manera correcta como: que es una enfermedad benigna, no degenerativa que por el momento no tiene cura y que lo que hay que hacer es buscar el medicamento o la herramienta que a cada persona con TE le funcione, que no todos los tipos de temblor son iguales y que no hay que confundirlo con el parkinson ya que este consta de temblor en reposo, en cambio el temblor esencial es más de intención, es decir, al realizar ciertas acciones como llevarse la cuchara a la boca, tomar algo en un vaso, llevar la llave a la cerradura, etc. Que la meditación y el deporte pueden ser muy útiles ya que a raíz de lo complejo o frustrante que puede ser vivir con ello, se tiende a padecer de ansiedad o depresión, que en este caso yo lo padezco, ya lo tenía antes del TE pero con este aumentó en gran medida y hay que buscar formas de minorizar todo esto y ser muy positivos y comprender que es una oportunidad más de la vida de apoyar a otros, de superarnos y hacernos más fuertes y llenos de conocimiento, olvidar la verguenza y la ira por esta situación, comprender que hay días malo y días buenos.

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