El Sarcoma de Ewing es un tipo de cáncer óseo poco común que afecta principalmente a niños y adolescentes. Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del tumor, pero en general, hay algunos signos y síntomas comunes a tener en cuenta.
Uno de los síntomas más comunes del Sarcoma de Ewing es el dolor óseo. Los pacientes pueden experimentar dolor en el área afectada, que a menudo empeora durante la noche o con la actividad física. Este dolor puede ser persistente y no aliviarse con el descanso.
Además del dolor, la hinchazón y la sensibilidad en el área afectada también pueden ser síntomas del Sarcoma de Ewing. El tumor puede causar inflamación en los tejidos circundantes, lo que resulta en hinchazón y sensibilidad al tacto.
Otros síntomas pueden incluir fiebre inexplicada, fatiga y pérdida de peso. Estos síntomas son el resultado de la respuesta del sistema inmunológico al cáncer y pueden estar presentes en etapas avanzadas de la enfermedad.
En algunos casos, el Sarcoma de Ewing puede afectar los nervios cercanos al tumor, lo que puede provocar debilidad, entumecimiento o dificultad para mover una extremidad. Estos síntomas pueden indicar una compresión nerviosa y requieren atención médica inmediata.
En casos más avanzados, el Sarcoma de Ewing puede propagarse a otras partes del cuerpo, lo que se conoce como metástasis. Los síntomas de la metástasis pueden variar dependiendo de la ubicación de las células cancerosas, pero pueden incluir dificultad para respirar, tos persistente, dolor en el pecho, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) y dolor en los huesos u otros órganos.
Es importante destacar que estos síntomas no son exclusivos del Sarcoma de Ewing y pueden ser causados por otras afecciones. Sin embargo, si experimentas alguno de estos síntomas, especialmente si persisten o empeoran con el tiempo, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado.
El diagnóstico del Sarcoma de Ewing generalmente implica una combinación de pruebas, como radiografías, resonancias magnéticas, tomografías computarizadas y biopsias. Estas pruebas permiten a los médicos evaluar la ubicación, el tamaño y la extensión del tumor, así como determinar si ha habido metástasis.
En resumen, los síntomas del Sarcoma de Ewing pueden incluir dolor óseo persistente, hinchazón, sensibilidad, fiebre inexplicada, fatiga, pérdida de peso, debilidad o entumecimiento en una extremidad y síntomas de metástasis en etapas avanzadas. Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento adecuado.