El Síndrome Epiléptico por Infección Febril (SEIF) es una condición que afecta principalmente a niños entre los 6 meses y los 5 años de edad. Se caracteriza por la aparición de convulsiones durante o después de una infección febril, como una gripe o una infección del tracto respiratorio.
La historia de este síndrome se remonta a finales del siglo XIX, cuando el médico alemán Karl Wernicke describió por primera vez una forma de epilepsia que se presentaba en niños después de una fiebre alta. Sin embargo, fue en la década de 1970 cuando se acuñó el término "Síndrome Epiléptico por Infección Febril" y se estableció como una entidad clínica reconocida.
Desde entonces, se han realizado numerosos estudios para comprender mejor este síndrome. Se ha descubierto que existe una predisposición genética, ya que se ha observado que los niños con antecedentes familiares de epilepsia tienen un mayor riesgo de desarrollar SEIF. Además, se ha identificado una asociación entre el SEIF y ciertos tipos de infecciones, como las causadas por el virus del herpes simple.
Aunque las convulsiones asociadas al SEIF pueden ser aterradoras para los padres, en la mayoría de los casos son benignas y no causan daño cerebral permanente. Sin embargo, es importante buscar atención médica para evaluar y tratar adecuadamente las convulsiones y la infección subyacente.
En resumen, el Síndrome Epiléptico por Infección Febril es una condición que se presenta en niños después de una infección febril y se caracteriza por la aparición de convulsiones. Aunque su historia se remonta al siglo XIX, fue en la década de 1970 cuando se estableció como una entidad clínica reconocida. A través de la investigación, se ha descubierto una predisposición genética y una asociación con ciertos tipos de infecciones. Aunque las convulsiones pueden ser aterradoras, en la mayoría de los casos son benignas y no causan daño permanente.