El glioblastoma multiforme es un tipo de tumor cerebral altamente agresivo y maligno que se origina en las células gliales del cerebro. Estas células son responsables de proporcionar soporte y nutrición a las neuronas. El glioblastoma multiforme es considerado el tumor cerebral más común en adultos y su pronóstico suele ser desalentador.
Este tipo de tumor se caracteriza por su rápida proliferación y capacidad invasiva, lo que dificulta su tratamiento y hace que sea difícil de extirpar quirúrgicamente. Además, el glioblastoma multiforme tiende a reaparecer incluso después de un tratamiento exitoso.
Los síntomas del glioblastoma multiforme pueden variar dependiendo de la ubicación del tumor en el cerebro, pero pueden incluir dolores de cabeza persistentes, cambios en la visión, problemas de equilibrio, convulsiones y cambios en la personalidad. El diagnóstico se realiza mediante imágenes cerebrales, como resonancia magnética, y una biopsia para confirmar la presencia del tumor.
El tratamiento del glioblastoma multiforme generalmente involucra una combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia. Sin embargo, debido a la agresividad de este tumor, la esperanza de vida suele ser limitada, con una mediana de supervivencia de aproximadamente 15 meses.
La investigación continúa en busca de nuevas terapias y enfoques para tratar el glioblastoma multiforme y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por esta enfermedad devastadora.