La Hidradenitis Supurativa (HS) es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por la formación de abscesos, nódulos y fístulas en áreas donde hay glándulas sudoríparas, como las axilas, ingles y glúteos. Aunque no se conoce la causa exacta de la HS, se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, hormonales y ambientales.
En primer lugar, se ha observado que existe una predisposición genética a desarrollar HS. Se ha descubierto que ciertos genes están asociados con un mayor riesgo de padecer esta enfermedad. Sin embargo, no todas las personas con estos genes desarrollan HS, lo que sugiere que también se requieren otros factores desencadenantes.
En segundo lugar, se ha observado que los cambios hormonales pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de la HS. Se ha observado que la enfermedad tiende a empeorar durante la pubertad, cuando los niveles hormonales están fluctuando. Además, se ha observado que las mujeres tienen una mayor prevalencia de HS que los hombres, lo que sugiere que las hormonas femeninas pueden influir en su desarrollo.
En tercer lugar, se ha sugerido que la obstrucción de los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas puede desencadenar la HS. Se cree que esta obstrucción puede ser causada por la acumulación de queratina y sebo en los folículos pilosos, lo que provoca la inflamación y la formación de abscesos.
Por último, se ha observado que ciertos factores ambientales pueden desencadenar o empeorar los síntomas de la HS. El tabaquismo, por ejemplo, se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar HS y con una mayor gravedad de la enfermedad. Además, el estrés, la obesidad y el sudor excesivo también se han relacionado con un mayor riesgo de padecer HS.
En resumen, aunque no se conoce la causa exacta de la Hidradenitis Supurativa, se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, hormonales y ambientales. La predisposición genética, los cambios hormonales, la obstrucción de los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas, y los factores ambientales como el tabaquismo y el estrés, todos pueden contribuir al desarrollo y empeoramiento de esta enfermedad de la piel.