El diagnóstico del Linfoma de Hodgkin se basa en una combinación de pruebas clínicas, de laboratorio y de imagen. El primer paso es realizar un examen físico completo, donde el médico busca signos de inflamación de los ganglios linfáticos, como hinchazón, dolor o sensibilidad. También se evalúan otros síntomas como fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso inexplicada.
Luego, se realiza un análisis de sangre para evaluar el conteo de células sanguíneas y la función de los órganos. Esto puede revelar anormalidades en los glóbulos blancos, rojos o plaquetas, así como indicadores de inflamación.
La siguiente etapa es la biopsia de un ganglio linfático sospechoso. Se extrae una muestra del ganglio y se examina bajo un microscopio para detectar la presencia de células anormales. Si se encuentran células de Reed-Sternberg, que son características del Linfoma de Hodgkin, se confirma el diagnóstico.
Además, se pueden realizar pruebas de imagen, como radiografías, tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM), para determinar la ubicación y el tamaño de los ganglios linfáticos afectados. Estas pruebas también pueden revelar si el linfoma se ha propagado a otros órganos, como el hígado o el bazo.
En algunos casos, se puede realizar una gammagrafía ósea para evaluar si el linfoma se ha diseminado a los huesos. También se puede realizar una punción lumbar para evaluar si hay células cancerosas en el líquido cefalorraquídeo, lo que indicaría una propagación del linfoma al sistema nervioso central.
Una vez que se ha realizado el diagnóstico, se determina el estadio del linfoma, que indica la extensión de la enfermedad. Esto se basa en la ubicación y el tamaño de los ganglios linfáticos afectados, así como en la presencia de síntomas sistémicos. El estadio del linfoma es fundamental para determinar el tratamiento adecuado.
En resumen, el diagnóstico del Linfoma de Hodgkin se basa en una combinación de pruebas clínicas, de laboratorio y de imagen, que incluyen examen físico, análisis de sangre, biopsia de ganglio linfático, pruebas de imagen y evaluación del estadio de la enfermedad. Estas pruebas permiten confirmar el diagnóstico y determinar el tratamiento más adecuado para cada paciente.