La prevalencia de la Hiperostosis Frontal Interna (HFI) es relativamente baja y varía en diferentes poblaciones. Se estima que afecta aproximadamente al 1-3% de la población general, siendo más común en mujeres postmenopáusicas. Sin embargo, es importante destacar que la prevalencia puede ser subestimada debido a la falta de síntomas específicos y al hecho de que muchos casos pueden pasar desapercibidos. La HFI se caracteriza por un engrosamiento anormal del hueso frontal interno del cráneo, y aunque su causa exacta no se conoce, se cree que factores genéticos y hormonales pueden desempeñar un papel en su desarrollo.
La Hiperostosis Frontal Interna (HFI) es una condición ósea que se caracteriza por el crecimiento excesivo de hueso en la parte interna del cráneo, específicamente en la región frontal. Aunque la prevalencia exacta de la HFI no está claramente establecida debido a la falta de estudios epidemiológicos específicos, se estima que afecta a alrededor del 5% de la población general, principalmente a mujeres posmenopáusicas.
La HFI se considera una enfermedad benigna y crónica, y su prevalencia aumenta con la edad. Se ha observado que es más común en mujeres mayores de 50 años, especialmente en aquellas que han experimentado múltiples embarazos. Sin embargo, también se han reportado casos en hombres, aunque en menor proporción.
La HFI suele ser asintomática y se descubre incidentalmente durante estudios de imagen, como radiografías o tomografías computarizadas. Aunque no requiere tratamiento específico, en algunos casos puede asociarse con síntomas como cefaleas, trastornos visuales o alteraciones del equilibrio.
Es importante destacar que la HFI no está relacionada con enfermedades graves como el cáncer o trastornos neurológicos. Sin embargo, su diagnóstico diferencial es fundamental para descartar otras condiciones que puedan presentar síntomas similares.
En conclusión, aunque la prevalencia exacta de la HFI no está claramente establecida, se estima que afecta a alrededor del 5% de la población general, principalmente a mujeres posmenopáusicas. Es una condición benigna y crónica que suele ser asintomática, pero en algunos casos puede asociarse con síntomas leves.