Lo primero que le diría a alguien que acaba de ser diagnosticado con Miositis por cuerpos de inclusión (MCI) es que no están solos. Aunque esta enfermedad es rara, hay una comunidad de apoyo y recursos disponibles para ayudarles a enfrentar los desafíos que puedan surgir.
Es importante que se eduquen sobre la enfermedad y se mantengan informados sobre los últimos avances en investigación y tratamiento. Esto les permitirá tomar decisiones informadas junto con su equipo médico y participar activamente en su propio cuidado.
Además, les aconsejaría que se rodeen de un equipo médico especializado en MCI. Buscar un reumatólogo o neurólogo con experiencia en esta enfermedad puede marcar la diferencia en el manejo de los síntomas y la calidad de vida.
Es fundamental que se cuiden física y emocionalmente. Esto incluye seguir una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y descansar lo suficiente. También es importante buscar apoyo emocional, ya sea a través de grupos de apoyo, terapia o hablando con amigos y familiares.
Finalmente, les recordaría que la paciencia y la perseverancia son clave. La MCI puede ser una enfermedad crónica y el camino hacia la estabilidad puede ser largo y desafiante. Sin embargo, con el tiempo y el apoyo adecuados, es posible vivir una vida plena y significativa.