¿Cómo se diagnostica la Atresia del intestino delgado?

La Atresia del intestino delgado es una malformación congénita en la que una parte del intestino delgado está bloqueada o ausente. El diagnóstico de esta condición se realiza a través de una combinación de pruebas clínicas, de imagen y procedimientos quirúrgicos.

El primer paso en el diagnóstico de la Atresia del intestino delgado es la evaluación clínica del paciente. El médico realizará un examen físico en busca de signos y síntomas característicos, como distensión abdominal, ausencia de movimientos intestinales, vómitos biliosos y falta de eliminación de meconio en las primeras 24 horas de vida.

Posteriormente, se pueden realizar pruebas de imagen para confirmar el diagnóstico. La radiografía abdominal es una de las pruebas más comunes y puede mostrar signos de obstrucción intestinal, como la presencia de gas y líquido en el intestino dilatado. Además, se pueden utilizar técnicas más avanzadas, como la ecografía y la resonancia magnética, para obtener imágenes más detalladas del intestino y evaluar la presencia de obstrucciones.

Una vez que se sospecha de Atresia del intestino delgado, se puede realizar una prueba llamada enema de aire contrastado. En este procedimiento, se introduce aire y un líquido de contraste en el intestino a través del recto, y se toman radiografías para evaluar la anatomía y la presencia de obstrucciones.

El diagnóstico definitivo de la Atresia del intestino delgado se realiza mediante cirugía. Durante la intervención quirúrgica, se explorará el abdomen para identificar la obstrucción y se realizará una resección del segmento afectado del intestino. El tejido resecado se enviará a análisis patológico para confirmar el diagnóstico.

En resumen, el diagnóstico de la Atresia del intestino delgado se basa en una combinación de pruebas clínicas, de imagen y procedimientos quirúrgicos. La evaluación clínica, las radiografías abdominales y las pruebas de imagen avanzadas ayudan a identificar la obstrucción intestinal y a confirmar el diagnóstico. Sin embargo, la confirmación definitiva se realiza mediante cirugía y análisis patológico del tejido resecado.