Si eres mamá o papá de un bebé recién diagnosticado con Síndrome de Larsen y estás leyendo esto, sólo te voy a dar un consejo: transmite a tu hijo desde el primer momento que lo más importante es no rendirse nunca.
Los primeros meses y años pueden ser complicados, no te lo voy a ocultar, pero ten siempre presente que esta enfermedad ni es degenerativa ni tiene por qué ir a peor. Al contrario: se puede alcanzar una calidad de vida muy razonable si das con el equipo médico adecuado que conozca este síndrome.
Fisioterapia, ayudas técnicas y mucha, mucha, mucha constancia y paciencia, y cada día iréis avanzando un poquito más.