La Amaurosis congénita de Leber (ACL) es una enfermedad ocular hereditaria que afecta principalmente a los hombres y se caracteriza por la pérdida progresiva de la visión desde el nacimiento o durante los primeros meses de vida. Fue descrita por primera vez en 1869 por el oftalmólogo alemán Theodor Leber.
La ACL es causada por mutaciones en varios genes, siendo el más común el gen GUCY2D. Estas mutaciones afectan la función de las células fotorreceptoras en la retina, especialmente los conos, que son responsables de la visión en condiciones de luz brillante y de los detalles finos. A medida que la enfermedad progresa, también se ven afectados los bastones, que son responsables de la visión en condiciones de poca luz.
La enfermedad se hereda de manera autosómica recesiva, lo que significa que ambos padres deben portar una copia del gen mutado para que su hijo desarrolle la enfermedad. Si ambos padres son portadores, hay un 25% de probabilidad de que su hijo herede la enfermedad.
Los síntomas de la ACL varían en gravedad, pero generalmente incluyen una disminución progresiva de la agudeza visual, nistagmo (movimientos oculares incontrolables), fotofobia (sensibilidad a la luz) y pérdida de la visión periférica. En algunos casos, también puede haber problemas de equilibrio y coordinación motora.
Aunque la ACL es una enfermedad congénita, los síntomas pueden no ser evidentes al nacer y pueden pasar desapercibidos durante los primeros meses de vida. A medida que el niño crece, los problemas de visión se vuelven más evidentes y se realiza un examen oftalmológico para confirmar el diagnóstico.
Actualmente no existe cura para la ACL, pero se están realizando investigaciones para desarrollar terapias génicas y otros tratamientos que puedan mejorar la visión en pacientes con esta enfermedad. Algunos estudios han demostrado que la terapia génica puede ser efectiva para restaurar la función de los fotorreceptores en modelos animales de ACL.
Además, se recomienda a los pacientes con ACL utilizar ayudas visuales, como gafas o lentes de contacto especiales, para mejorar su visión. También pueden beneficiarse de la terapia ocupacional y la educación especializada para aprender técnicas de adaptación y maximizar su independencia.
La ACL puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes y sus familias. La pérdida de visión puede limitar las actividades diarias, la capacidad para conducir y participar en actividades sociales. Es importante contar con un equipo de profesionales de la salud, incluyendo oftalmólogos, genetistas y terapeutas, que puedan brindar apoyo y orientación a los pacientes y sus familias.
En resumen, la Amaurosis congénita de Leber es una enfermedad ocular hereditaria que causa una pérdida progresiva de la visión desde el nacimiento o los primeros meses de vida. Aunque no existe cura, se están realizando investigaciones para desarrollar terapias que puedan mejorar la visión en pacientes con esta enfermedad. Es importante contar con un equipo de profesionales de la salud para brindar apoyo a los pacientes y sus familias.