¿Cómo se diagnostica el Síndrome de Legg-Calvé-Perthes?

El Síndrome de Legg-Calvé-Perthes es una enfermedad que afecta la cabeza del fémur, el hueso que se encuentra en la articulación de la cadera. Esta afección se caracteriza por la interrupción del flujo sanguíneo hacia la cabeza del fémur, lo que provoca su deterioro y eventual colapso. A continuación, se describen los métodos utilizados para diagnosticar esta enfermedad.

El diagnóstico del Síndrome de Legg-Calvé-Perthes implica un enfoque multidisciplinario que incluye la evaluación clínica, pruebas de diagnóstico por imágenes y análisis de la historia médica del paciente. El primer paso en el proceso de diagnóstico es una entrevista exhaustiva con el paciente y sus padres para recopilar información sobre los síntomas y la historia médica.

Durante la evaluación clínica, el médico realizará un examen físico detallado de la cadera y la pierna afectada. Buscará signos de dolor, rigidez y limitación del movimiento. También evaluará la marcha y la postura del paciente para detectar posibles alteraciones.

Las pruebas de diagnóstico por imágenes son fundamentales para confirmar el diagnóstico de Legg-Calvé-Perthes. La radiografía es la primera prueba que se suele realizar. Permite visualizar el estado de la cabeza del fémur y detectar signos de deterioro, colapso y deformidad. Sin embargo, en las primeras etapas de la enfermedad, la radiografía puede no mostrar cambios significativos.

En casos en los que la radiografía no es concluyente, se pueden utilizar otras pruebas de imagen, como la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC). Estas pruebas proporcionan imágenes más detalladas de la articulación de la cadera y permiten evaluar el flujo sanguíneo y la salud del hueso de manera más precisa.

Además de las pruebas de diagnóstico por imágenes, se pueden realizar análisis de sangre para descartar otras posibles causas de los síntomas, como infecciones o trastornos inflamatorios.

Una vez que se ha realizado el diagnóstico de Legg-Calvé-Perthes, es importante determinar la etapa de la enfermedad. El sistema de clasificación de Catterall es ampliamente utilizado para categorizar la enfermedad en cuatro etapas, desde la etapa inicial hasta la etapa de colapso y remodelación.

El diagnóstico temprano del Síndrome de Legg-Calvé-Perthes es fundamental para un tratamiento adecuado y mejores resultados a largo plazo. Por lo tanto, es importante que los padres estén atentos a los posibles síntomas, como dolor en la cadera o la rodilla, cojera, rigidez y limitación del movimiento. Si se observan estos síntomas, se debe buscar atención médica de inmediato.

En resumen, el diagnóstico del Síndrome de Legg-Calvé-Perthes implica una evaluación clínica detallada, pruebas de diagnóstico por imágenes, análisis de la historia médica y descarte de otras posibles causas de los síntomas. La radiografía es la prueba inicial más comúnmente utilizada, pero en casos dudosos, se pueden requerir pruebas de imagen más avanzadas, como la resonancia magnética y la tomografía computarizada. El diagnóstico temprano es esencial para un tratamiento adecuado y mejores resultados a largo plazo.