La Enfermedad de Machado-Joseph, también conocida como Ataxia de Machado-Joseph (AMJ), es una enfermedad neurodegenerativa hereditaria que afecta principalmente al sistema nervioso central. Fue descubierta por primera vez en 1972 por los médicos brasileños Antonio Machado y William Louis Joseph.
La AMJ se caracteriza por la degeneración progresiva de las células nerviosas en ciertas áreas del cerebro y la médula espinal. Esta degeneración conduce a la pérdida de coordinación muscular, debilidad muscular y dificultad para hablar y tragar. Los síntomas suelen aparecer entre los 20 y 50 años de edad, aunque puede haber variaciones en la edad de inicio y en la gravedad de los síntomas.
La enfermedad es causada por una mutación en el gen ATXN3, que se encuentra en el cromosoma 14. Esta mutación provoca la producción de una proteína anormal llamada ataxina-3, que se acumula en las células nerviosas y forma agregados tóxicos. Estos agregados interfieren con las funciones normales de las células nerviosas y eventualmente causan su muerte.
La AMJ se hereda de forma autosómica dominante, lo que significa que un solo gen mutado es suficiente para que una persona desarrolle la enfermedad. Si uno de los padres tiene la mutación, cada hijo tiene un 50% de probabilidad de heredarla. Sin embargo, la gravedad de los síntomas puede variar incluso entre miembros de la misma familia que tienen la mutación.
A medida que la enfermedad progresa, los síntomas empeoran y pueden incluir temblores, espasmos musculares, dificultad para caminar, pérdida de la coordinación motora fina y problemas de equilibrio. También pueden presentarse problemas visuales, como visión doble o pérdida de la visión periférica. En algunos casos, la AMJ también puede afectar otras funciones cerebrales, como la memoria y la capacidad de concentración.
Actualmente no existe cura para la Enfermedad de Machado-Joseph y el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esto puede incluir terapia física y ocupacional para mejorar la coordinación y la fuerza muscular, así como medicamentos para controlar los síntomas, como los espasmos musculares.
La investigación sobre la AMJ está en curso y se están realizando estudios para comprender mejor los mecanismos subyacentes de la enfermedad y desarrollar posibles tratamientos. Aunque la enfermedad puede ser debilitante y afectar la calidad de vida de los pacientes, muchos individuos con AMJ pueden llevar una vida plena y significativa con el apoyo adecuado de profesionales de la salud y de sus seres queridos.