El Síndrome de Marcus Gunn, también conocido como Síndrome de Gunn o Síndrome de Mandíbula-Marcus Gunn, es una rara condición congénita que afecta los músculos responsables del movimiento de los párpados y la mandíbula. Fue descrito por primera vez en 1883 por el oftalmólogo escocés Robert Marcus Gunn.
La historia de este síndrome comienza con el caso de una niña de 6 años que fue llevada a la consulta de Marcus Gunn debido a una asimetría en el movimiento de sus párpados. Durante el examen, se descubrió que cuando la niña masticaba, su párpado superior se levantaba de manera involuntaria, lo que se conoce como fenómeno de "ptosis sincrónica".
A medida que Marcus Gunn investigaba más casos similares, se dio cuenta de que este fenómeno no era exclusivo de la mandíbula en movimiento, sino que también podía ser desencadenado por otros movimientos faciales, como sonreír o fruncir el ceño. Además, descubrió que el párpado afectado se levantaba más cuando el ojo contrario estaba cubierto, lo que se conoce como fenómeno de "ptosis contralateral".
A lo largo de los años, se han propuesto varias teorías para explicar la causa del Síndrome de Marcus Gunn. Algunos investigadores sugieren que puede ser el resultado de una conexión anormal entre el nervio trigémino, responsable de la sensación y el movimiento de la mandíbula, y el nervio oculomotor, que controla los músculos del párpado. Otros creen que podría ser una alteración en el desarrollo de los músculos faciales durante la gestación.
Aunque el Síndrome de Marcus Gunn es una condición rara, su diagnóstico temprano es importante para evitar posibles complicaciones, como la ambliopía o la visión reducida en el ojo afectado. El tratamiento puede incluir cirugía para corregir la ptosis oclusal y terapia visual para mejorar la coordinación de los ojos.
En resumen, el Síndrome de Marcus Gunn es una condición congénita rara que afecta los músculos responsables del movimiento de los párpados y la mandíbula. Fue descrito por primera vez en 1883 por el oftalmólogo Robert Marcus Gunn y su causa exacta aún no está completamente comprendida. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida de los afectados.