La meningococemia es una enfermedad causada por la bacteria Neisseria meningitidis, también conocida como meningococo. Esta bacteria se transmite de persona a persona a través de las gotas respiratorias que se expulsan al toser o estornudar, así como por el contacto directo con las secreciones respiratorias de una persona infectada. Sin embargo, no todas las personas que están expuestas a la bacteria desarrollan la enfermedad, ya que existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de contraerla.
Una de las principales causas de la meningococemia es la falta de inmunización. La vacuna contra el meningococo está disponible y se recomienda especialmente en niños y adolescentes, así como en personas que viven en comunidades cerradas, como dormitorios universitarios o cuarteles militares. La falta de vacunación aumenta la susceptibilidad a la infección y, por lo tanto, el riesgo de desarrollar meningococemia.
Otro factor de riesgo importante es la exposición a personas infectadas. La meningococemia se propaga principalmente en situaciones de hacinamiento, como escuelas, internados o campamentos, donde las personas están en contacto cercano y prolongado. Además, las personas que tienen contacto íntimo con un paciente infectado, como familiares o parejas sexuales, también tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad.
La edad también es un factor de riesgo importante. Los niños menores de 5 años y los adolescentes tienen un mayor riesgo de desarrollar meningococemia debido a que su sistema inmunológico aún no está completamente desarrollado. Además, las personas mayores de 60 años también tienen un mayor riesgo debido a la disminución de la función inmunológica asociada con la edad.
Otras condiciones médicas subyacentes también pueden aumentar el riesgo de desarrollar meningococemia. Por ejemplo, las personas con deficiencias en el sistema inmunológico, como aquellas con VIH/SIDA o que están recibiendo tratamientos inmunosupresores, son más susceptibles a la infección. Además, las personas con enfermedades crónicas, como diabetes o enfermedades del riñón, también tienen un mayor riesgo.
En resumen, la meningococemia es causada por la bacteria Neisseria meningitidis y se transmite de persona a persona a través de las gotas respiratorias. La falta de inmunización, la exposición a personas infectadas, la edad y las condiciones médicas subyacentes son factores de riesgo importantes que aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad. Es importante tomar medidas preventivas, como la vacunación y el lavado de manos frecuente, para reducir el riesgo de contraer meningococemia.