La Enfermedad de cambios mínimos (ECM) es una afección renal crónica que afecta principalmente a niños y adultos jóvenes. Fue descubierta por primera vez en la década de 1950 por el médico francés Jean Berger y desde entonces ha sido objeto de numerosos estudios e investigaciones.
La ECM se caracteriza por la presencia de cambios microscópicos en los glomérulos, que son las unidades funcionales de los riñones encargadas de filtrar la sangre. Estos cambios incluyen la pérdida de las proteínas en la orina, especialmente la albúmina, lo que conduce a la aparición de edema (hinchazón) en diferentes partes del cuerpo, como las piernas y los párpados.
Aunque la causa exacta de la ECM aún no se conoce con certeza, se cree que está relacionada con un trastorno del sistema inmunológico. Se piensa que ciertos factores desencadenantes, como infecciones virales o alergias, pueden desencadenar una respuesta inmunológica anormal que daña los glomérulos.
El diagnóstico de la ECM se realiza mediante análisis de orina y biopsia renal, que permiten confirmar la presencia de los cambios característicos en los glomérulos. El tratamiento de la ECM se basa principalmente en el uso de corticosteroides, que ayudan a reducir la inflamación y disminuir la pérdida de proteínas en la orina. En algunos casos, pueden ser necesarios otros medicamentos inmunosupresores.
Afortunadamente, la mayoría de los pacientes con ECM responden bien al tratamiento y experimentan una remisión completa de la enfermedad. Sin embargo, en algunos casos, la ECM puede ser recurrente o progresar a una enfermedad renal crónica más grave, lo que requiere un manejo a largo plazo y, en ocasiones, un trasplante renal.
En resumen, la Enfermedad de cambios mínimos es una afección renal crónica que afecta principalmente a niños y adultos jóvenes. Aunque su causa exacta aún no se conoce, se cree que está relacionada con un trastorno del sistema inmunológico. El tratamiento se basa en el uso de corticosteroides y, en algunos casos, otros medicamentos inmunosupresores.