El Síndrome de Morquio, también conocido como mucopolisacaridosis tipo IV (MPS IV), es una enfermedad genética rara que afecta el metabolismo de los mucopolisacáridos. Esta condición es hereditaria y se transmite de forma autosómica recesiva, lo que significa que ambos padres deben portar el gen defectuoso para que su descendencia desarrolle la enfermedad.
El síndrome de Morquio es causado por una deficiencia enzimática, específicamente en las enzimas N-acetilgalactosamina-6-sulfatasa (Morquio tipo A) o β-galactosidasa (Morquio tipo B). Estas enzimas son responsables de descomponer los mucopolisacáridos, que son componentes esenciales de los tejidos y órganos en el cuerpo.
La deficiencia enzimática en el síndrome de Morquio conduce a una acumulación de mucopolisacáridos en diferentes tejidos y órganos, lo que provoca una serie de problemas de salud. Estos mucopolisacáridos acumulados pueden afectar el desarrollo óseo, el sistema cardiovascular, el sistema respiratorio y otros sistemas del cuerpo.
Las causas específicas de la deficiencia enzimática en el síndrome de Morquio son mutaciones genéticas. En el caso del Morquio tipo A, las mutaciones se encuentran en el gen GALNS, que proporciona instrucciones para producir la enzima N-acetilgalactosamina-6-sulfatasa. En el Morquio tipo B, las mutaciones se encuentran en el gen GLB1, que codifica la enzima β-galactosidasa.
Estas mutaciones genéticas pueden ocurrir de forma espontánea o ser heredadas de los padres. Cuando ambos padres son portadores del gen defectuoso, existe un 25% de probabilidad de que su descendencia desarrolle el síndrome de Morquio.
Es importante destacar que el síndrome de Morquio es una enfermedad genética extremadamente rara, y la incidencia varía en diferentes poblaciones. Se estima que afecta a aproximadamente 1 de cada 200,000 a 300,000 nacimientos.
En resumen, el síndrome de Morquio es causado por mutaciones genéticas que resultan en una deficiencia enzimática en la descomposición de los mucopolisacáridos. Esta acumulación de mucopolisacáridos afecta el desarrollo y funcionamiento de varios sistemas del cuerpo. La condición es hereditaria y se transmite de forma autosómica recesiva, lo que significa que ambos padres deben portar el gen defectuoso para que su descendencia desarrolle la enfermedad.