¿Cómo se diagnostica el Síndrome de Dolor Miofascial?

El Síndrome de Dolor Miofascial (SDM) es una condición caracterizada por la presencia de puntos gatillo en los músculos, los cuales generan dolor localizado y referido. El diagnóstico del SDM se basa en la evaluación clínica del paciente, la identificación de los puntos gatillo y la exclusión de otras posibles causas de dolor.

El primer paso en el diagnóstico del SDM es realizar una historia clínica detallada, en la cual se recopilan datos sobre los síntomas del paciente, su duración, factores desencadenantes y características del dolor. Además, se indaga sobre antecedentes médicos y se realiza un examen físico completo.

Durante el examen físico, el médico busca la presencia de puntos gatillo en los músculos del paciente. Estos puntos son áreas hiperirritables que generan dolor cuando se les aplica presión. Se pueden identificar mediante la palpación cuidadosa de los músculos y la respuesta del paciente al estímulo. Los puntos gatillo pueden ser activos, cuando generan dolor espontáneamente, o latentes, cuando solo causan dolor con la presión.

Es importante destacar que el dolor referido es una característica distintiva del SDM. Esto significa que el dolor puede sentirse en una zona distinta a la ubicación del punto gatillo. Por ejemplo, un punto gatillo en el músculo trapecio puede generar dolor en el hombro o el cuello.

Además de la evaluación clínica, pueden realizarse pruebas complementarias para descartar otras posibles causas de dolor. Estas pruebas pueden incluir radiografías, resonancia magnética u otras pruebas de imagen, así como análisis de sangre para descartar enfermedades sistémicas.

En algunos casos, puede ser necesario realizar una electromiografía (EMG) para evaluar la actividad eléctrica de los músculos y determinar si hay alguna alteración en la función muscular.

El diagnóstico del SDM se realiza principalmente de forma clínica, basado en la evaluación de los síntomas y la identificación de los puntos gatillo. No existe una prueba específica para confirmar el diagnóstico de SDM, por lo que es fundamental que el médico realice una evaluación exhaustiva y descarte otras posibles causas de dolor.

En resumen, el diagnóstico del Síndrome de Dolor Miofascial se basa en la historia clínica, el examen físico y la identificación de los puntos gatillo en los músculos del paciente. La evaluación clínica exhaustiva y la exclusión de otras posibles causas de dolor son fundamentales para establecer un diagnóstico preciso.