La distrofia miotónica de Steinert, también conocida como enfermedad de Steinert o distrofia miotónica tipo 1 (DM1), es una enfermedad genética hereditaria que afecta principalmente a los músculos y a otros sistemas del cuerpo. Esta enfermedad se debe a una mutación en el gen DMPK (dystrophia myotonica-protein kinase), que se encuentra en el cromosoma 19.
La causa exacta de la distrofia miotónica de Steinert es la expansión anormal de una secuencia de trinucleótidos repetidos en el gen DMPK. En individuos sanos, esta secuencia se repite de 5 a 37 veces, pero en personas con DM1, la secuencia se repite de 50 a miles de veces. Esta expansión anormal de la secuencia de trinucleótidos interfiere con la producción normal de la proteína DMPK, lo que lleva a los síntomas característicos de la enfermedad.
La transmisión de la distrofia miotónica de Steinert sigue un patrón autosómico dominante, lo que significa que un solo gen anormal es suficiente para heredar la enfermedad. Si uno de los padres tiene la enfermedad, cada uno de sus hijos tiene un 50% de probabilidad de heredarla.
La edad de inicio y la gravedad de los síntomas pueden variar ampliamente en las personas afectadas por la distrofia miotónica de Steinert. Sin embargo, se ha observado que la expansión de la secuencia de trinucleótidos está relacionada con la gravedad de la enfermedad. Cuanto mayor es el número de repeticiones, es más probable que los síntomas sean más graves y se presenten a una edad más temprana.
Además de la mutación genética, se cree que otros factores pueden influir en la expresión y gravedad de la enfermedad. Estos factores pueden incluir la presencia de otras mutaciones genéticas, factores ambientales y la interacción de múltiples genes.
En resumen, la distrofia miotónica de Steinert es causada por una mutación en el gen DMPK, que resulta en la expansión anormal de una secuencia de trinucleótidos repetidos. Esta mutación afecta la producción de la proteína DMPK y da como resultado los síntomas característicos de la enfermedad. La transmisión de la enfermedad sigue un patrón autosómico dominante y la gravedad de los síntomas puede variar según el número de repeticiones de la secuencia de trinucleótidos. Además de la mutación genética, otros factores pueden influir en la expresión y gravedad de la enfermedad.