La Enterocolitis Necrosante (ECN) es una enfermedad grave que afecta principalmente a los recién nacidos prematuros, aunque también puede presentarse en bebés a término. Se caracteriza por la inflamación e irritación del intestino, que puede llevar a la necrosis o muerte del tejido intestinal.
La ECN suele manifestarse en los primeros días o semanas de vida del bebé y se cree que está relacionada con la inmadurez del sistema digestivo y la falta de desarrollo de la flora intestinal. Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves e incluyen distensión abdominal, vómitos, diarrea sanguinolenta, dificultad para alimentarse y signos de infección como fiebre.
El diagnóstico de la ECN se realiza a través de exámenes médicos como radiografías, ecografías y análisis de sangre. El tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad y puede incluir medidas conservadoras como ayuno, nutrición intravenosa y antibióticos, o en casos más graves, cirugía para remover el tejido necrótico o reparar perforaciones intestinales.
Aunque la ECN es una enfermedad seria y potencialmente mortal, los avances en cuidados neonatales y el diagnóstico temprano han mejorado significativamente el pronóstico. Sin embargo, aún existen riesgos de complicaciones a largo plazo, como problemas de crecimiento, alteraciones en la absorción de nutrientes y daño intestinal permanente.
Es importante destacar que la prevención de la ECN es fundamental, especialmente en bebés prematuros. Los esfuerzos para promover la lactancia materna, el control de la temperatura y la higiene adecuada en las unidades de cuidados intensivos neonatales son medidas clave para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.