La Fibrosis Sistémica Nefrogénica (FSN) es una enfermedad poco común que afecta principalmente a personas con enfermedad renal crónica. Se caracteriza por la acumulación de tejido fibroso en diferentes órganos y tejidos del cuerpo, especialmente en la piel y los órganos internos.
A diferencia de las enfermedades contagiosas, como la gripe o el resfriado común, la FSN no se considera contagiosa. No se transmite de persona a persona a través del contacto directo o indirecto. La FSN se desarrolla en personas con una disfunción renal significativa y está relacionada con la exposición a un agente de contraste utilizado en ciertos procedimientos de diagnóstico por imágenes, como la resonancia magnética.
El agente de contraste utilizado en estos procedimientos contiene gadolinio, un metal pesado que puede acumularse en los tejidos de las personas con disfunción renal. En individuos con función renal normal, el gadolinio se elimina rápidamente del cuerpo. Sin embargo, en personas con enfermedad renal crónica, el gadolinio no se elimina adecuadamente y puede causar una respuesta inflamatoria en los tejidos, lo que lleva a la fibrosis sistémica.
Es importante destacar que la FSN es una enfermedad rara y que no todas las personas expuestas al gadolinio desarrollarán esta condición. Además, se ha observado que la FSN es más común en personas con enfermedad renal crónica avanzada y en aquellos que han recibido múltiples dosis de agentes de contraste con gadolinio.
En resumen, la Fibrosis Sistémica Nefrogénica no es una enfermedad contagiosa. Se desarrolla en personas con enfermedad renal crónica y está relacionada con la exposición al gadolinio en agentes de contraste utilizados en ciertos procedimientos de diagnóstico por imágenes. Es importante que las personas con enfermedad renal crónica consulten a su médico antes de someterse a cualquier procedimiento que involucre el uso de agentes de contraste.