La Pitiriasis liquenoide varioliforme aguda (PLVA) es una enfermedad de la piel poco común y de origen desconocido. Se caracteriza por la aparición de manchas rojizas o marrones en forma de pequeñas pápulas o vesículas que se asemejan a las marcas dejadas por la viruela. Estas lesiones suelen ser pruriginosas y se distribuyen principalmente en el tronco, las extremidades y, ocasionalmente, en la cara.
La PLVA afecta principalmente a personas jóvenes y se presenta de forma aguda, es decir, las lesiones aparecen de manera repentina y pueden durar semanas o meses. Aunque la enfermedad no es contagiosa ni grave, puede resultar incómoda y causar preocupación estética para quienes la padecen.
El diagnóstico de PLVA se basa en la observación clínica de las lesiones características, así como en la exclusión de otras enfermedades de la piel que puedan presentar síntomas similares. No existen pruebas específicas para confirmar el diagnóstico, por lo que se realiza principalmente por descarte.
El tratamiento de la PLVA es principalmente sintomático, ya que la enfermedad suele desaparecer por sí sola con el tiempo. Se pueden utilizar cremas o ungüentos tópicos para aliviar el picor y reducir la inflamación. En casos más graves o resistentes, se pueden prescribir corticosteroides orales o inmunosupresores para controlar los síntomas.
Es importante destacar que la PLVA es una enfermedad benigna y autolimitada, por lo que no suele dejar secuelas permanentes. Sin embargo, en algunos casos pueden quedar manchas o cicatrices residuales después de la resolución de las lesiones.
En conclusión, la Pitiriasis liquenoide varioliforme aguda es una enfermedad de la piel poco común que se caracteriza por la aparición de lesiones similares a las marcas de la viruela. Aunque no se conoce su causa exacta, la enfermedad suele desaparecer por sí sola y el tratamiento se centra en aliviar los síntomas.