La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente al corazón, las articulaciones, la piel y el sistema nervioso. Dado que esta condición puede debilitar el sistema inmunológico y causar daño a los tejidos, es importante tomar precauciones al realizar actividades físicas.
En general, se recomienda que las personas con fiebre reumática consulten a su médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicio. El médico podrá evaluar la gravedad de la enfermedad y determinar qué tipo de deporte es más adecuado.
En términos generales, se sugiere que las personas con fiebre reumática opten por actividades de bajo impacto, como caminar, nadar o montar en bicicleta. Estos deportes son menos estresantes para las articulaciones y pueden ayudar a mantener la flexibilidad y fortaleza muscular sin poner demasiada presión sobre el corazón.
En cuanto a la frecuencia e intensidad, es importante comenzar lentamente y aumentar gradualmente la duración y la intensidad del ejercicio. Se recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, distribuidos en varios días. Sin embargo, esto puede variar según las necesidades individuales y las recomendaciones médicas.
Es fundamental escuchar al cuerpo y no forzar demasiado durante el ejercicio. Si se experimenta dolor, fatiga excesiva o dificultad para respirar, es importante detenerse y descansar. Además, es esencial mantenerse hidratado y utilizar ropa y calzado adecuados para evitar lesiones.
En resumen, hacer ejercicio puede ser beneficioso para las personas con fiebre reumática, siempre y cuando se realice de manera segura y bajo la supervisión de un médico. Optar por deportes de bajo impacto, como caminar, nadar o montar en bicicleta, y aumentar gradualmente la frecuencia e intensidad del ejercicio puede ayudar a mantener la salud cardiovascular y articular.