El raquitismo es una enfermedad ósea que se caracteriza por la deficiencia de vitamina D, calcio o fósforo en el organismo, lo que resulta en un desarrollo anormal de los huesos. El tratamiento del raquitismo se basa en corregir estas deficiencias y promover un adecuado desarrollo óseo.
El tratamiento principal del raquitismo consiste en la administración de suplementos de vitamina D, ya sea en forma de ergocalciferol o colecalciferol. Estos suplementos ayudan a aumentar los niveles de vitamina D en el organismo y promueven la absorción de calcio y fósforo en los huesos.
Además de los suplementos de vitamina D, es importante asegurar una adecuada ingesta de calcio y fósforo a través de la alimentación. Alimentos como la leche, el queso, el yogur, los huevos y los pescados grasos son ricos en estos nutrientes y deben ser incluidos en la dieta diaria.
En casos más graves de raquitismo, puede ser necesario el uso de medicamentos como el fosfato de calcio o el carbonato de calcio para corregir las deficiencias de calcio y fósforo de manera más rápida.
Además del tratamiento farmacológico, es fundamental exponer al paciente a la luz solar de forma regular, ya que la vitamina D se sintetiza en la piel cuando esta es expuesta a los rayos solares.
En resumen, el tratamiento del raquitismo se basa en la administración de suplementos de vitamina D, una adecuada ingesta de calcio y fósforo a través de la alimentación, y la exposición regular a la luz solar. Es importante seguir las indicaciones del médico y realizar controles periódicos para evaluar la evolución del paciente.