El Síndrome de Robinow es una enfermedad genética rara que afecta el desarrollo del esqueleto y otros sistemas del cuerpo. Fue descubierto por primera vez en 1969 por el pediatra y genetista estadounidense Robert Robinow.
La historia de este síndrome comienza cuando Robinow observó a dos hermanos con características físicas similares en su consulta. Estos niños presentaban una apariencia facial distintiva, con una frente prominente, ojos hundidos, nariz pequeña y una boca en forma de arco. Además, tenían un retraso en el crecimiento, extremidades cortas y anomalías en las manos y los pies.
A medida que Robinow investigaba más, descubrió que esta condición era hereditaria y afectaba tanto a hombres como a mujeres. Se identificaron dos formas del síndrome: una autosómica dominante y otra autosómica recesiva.
Con el tiempo, se han identificado diferentes mutaciones genéticas responsables del Síndrome de Robinow. Estas mutaciones afectan al gen ROR2, que juega un papel crucial en el desarrollo del esqueleto y otros sistemas del cuerpo.
Aunque el Síndrome de Robinow es una enfermedad rara, se han reportado casos en diferentes partes del mundo. Los síntomas pueden variar en su gravedad, pero generalmente incluyen anomalías faciales, retraso en el crecimiento, anomalías esqueléticas y problemas en los órganos internos.
A lo largo de los años, se han realizado avances en el diagnóstico y tratamiento del Síndrome de Robinow. Los enfoques de tratamiento incluyen terapia hormonal, cirugía reconstructiva y atención multidisciplinaria para abordar las necesidades médicas y psicosociales de los pacientes.
En resumen, el Síndrome de Robinow es una enfermedad genética rara descubierta por el médico Robert Robinow en 1969. Afecta el desarrollo del esqueleto y otros sistemas del cuerpo, y se han identificado diferentes mutaciones genéticas responsables de esta condición. Aunque es una enfermedad poco común, se han realizado avances en su diagnóstico y tratamiento a lo largo de los años.