El Síndrome de Rothmund-Thomson es una enfermedad genética rara que afecta principalmente a la piel y se caracteriza por un envejecimiento prematuro, anomalías esqueléticas y un mayor riesgo de desarrollar cáncer. Fue descrito por primera vez en 1868 por los médicos alemanes August Rothmund y Carl Jakob Thomson, de ahí su nombre.
La enfermedad se hereda de forma autosómica recesiva, lo que significa que ambos padres deben portar el gen mutado para que su descendencia desarrolle el síndrome. El gen afectado es el RECQL4, que juega un papel importante en el mantenimiento del ADN y la reparación de daños en el material genético.
Los síntomas del Síndrome de Rothmund-Thomson suelen aparecer durante la infancia y varían en su gravedad. Uno de los signos más característicos es la erupción cutánea que se presenta en la cara y las extremidades, que puede ser sensible a la luz solar. Esta erupción puede evolucionar a parches de piel atrofiada, cicatrices y telangiectasias (vasos sanguíneos dilatados en la piel).
Además de los problemas dermatológicos, los pacientes con este síndrome pueden presentar anomalías esqueléticas, como retraso en el crecimiento óseo, deformidades en los huesos de las manos y los pies, y una mandíbula pequeña. También pueden experimentar problemas dentales, como dientes ausentes o malformados.
Otro aspecto importante del Síndrome de Rothmund-Thomson es el mayor riesgo de desarrollar cáncer, especialmente osteosarcoma (cáncer de hueso) y cáncer de piel. Se cree que la mutación en el gen RECQL4 afecta la capacidad del organismo para reparar el ADN dañado, lo que aumenta la susceptibilidad a la formación de tumores.
Aunque no existe cura para el síndrome, el tratamiento se centra en controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Los pacientes deben evitar la exposición excesiva al sol y utilizar protector solar de forma regular. Además, se pueden utilizar cremas hidratantes y esteroides tópicos para aliviar los síntomas cutáneos.
Es fundamental realizar un seguimiento médico regular para detectar y tratar a tiempo cualquier complicación, como el cáncer. Se recomienda realizar revisiones periódicas con un dermatólogo y un oncólogo, y realizar pruebas de imagen, como radiografías y resonancias magnéticas, para evaluar el estado de los huesos.
En resumen, el Síndrome de Rothmund-Thomson es una enfermedad genética rara que afecta principalmente a la piel, causando erupciones cutáneas, anomalías esqueléticas y un mayor riesgo de cáncer. Aunque no existe una cura, un manejo adecuado de los síntomas y un seguimiento médico regular pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes.