El Desorden del Procesamiento Sensorial (DPS) es una condición neurológica que afecta la forma en que el cerebro procesa y responde a la información sensorial. Aunque no es reconocido como un trastorno médico oficial, se estima que afecta a aproximadamente el 5-16% de la población infantil y puede persistir en la edad adulta.
Los síntomas del DPS pueden variar ampliamente de una persona a otra, ya que cada individuo experimenta la condición de manera única. Sin embargo, hay algunos síntomas comunes que pueden indicar la presencia de DPS.
Uno de los síntomas más comunes del DPS es la hipersensibilidad sensorial. Las personas con DPS pueden ser extremadamente sensibles a estímulos sensoriales como el tacto, el sonido, la luz o el olor. Pueden sentirse abrumados o molestos por ciertos tipos de ropa, etiquetas o costuras. También pueden ser hipersensibles a los ruidos fuertes o inesperados, como el sonido de una sirena o una aspiradora. La luz brillante o parpadeante también puede resultarles incómoda o incluso dolorosa.
Por otro lado, algunas personas con DPS pueden experimentar hiposensibilidad sensorial. Esto significa que pueden tener dificultades para percibir ciertos estímulos sensoriales. Pueden tener una menor sensibilidad al dolor, al calor o al frío, lo que puede llevar a comportamientos arriesgados o lesiones accidentales.
Además de la hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial, las personas con DPS también pueden tener dificultades para procesar e integrar la información sensorial. Pueden tener dificultades para filtrar o discriminar estímulos irrelevantes, lo que puede llevar a una sobrecarga sensorial. Esto puede manifestarse en dificultades para concentrarse, problemas de atención o comportamientos hiperactivos.
Otro síntoma común del DPS es la dificultad para regular las emociones. Las personas con DPS pueden tener dificultades para manejar el estrés o las situaciones nuevas y desconocidas. Pueden experimentar ansiedad, irritabilidad o incluso ataques de pánico en respuesta a ciertos estímulos sensoriales.
Además de los síntomas sensoriales, el DPS también puede afectar otras áreas del desarrollo. Algunas personas con DPS pueden tener dificultades en el desarrollo motor, como problemas de equilibrio o coordinación. También pueden tener dificultades en el procesamiento del lenguaje o en la interacción social.
Es importante tener en cuenta que el DPS puede manifestarse de diferentes maneras en diferentes personas. Algunas personas pueden tener síntomas más leves y ser capaces de funcionar bien en la vida diaria con algunas adaptaciones. Sin embargo, otras personas pueden tener síntomas más graves que afectan significativamente su calidad de vida.
Si sospechas que tú o alguien que conoces puede tener DPS, es importante buscar una evaluación y diagnóstico adecuados por parte de un profesional de la salud. Un terapeuta ocupacional especializado en el procesamiento sensorial puede ayudar a desarrollar estrategias de manejo y adaptaciones para mejorar la calidad de vida de las personas con DPS.
En resumen, el Desorden del Procesamiento Sensorial es una condición neurológica que afecta la forma en que el cerebro procesa y responde a la información sensorial. Los síntomas pueden variar ampliamente, pero incluyen hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial, dificultades para procesar e integrar la información sensorial, dificultades para regular las emociones y posibles dificultades en el desarrollo motor, del lenguaje o en la interacción social. Si sospechas que tú o alguien que conoces puede tener DPS, es importante buscar una evaluación y diagnóstico adecuados por parte de un profesional de la salud.