La panencefalitis esclerosante subaguda (PES) es una enfermedad rara y progresiva del sistema nervioso central causada por una infección crónica del virus del sarampión. Aunque es poco común, es importante conocer los síntomas para poder detectarla a tiempo. Sin embargo, es fundamental destacar que solo un médico puede realizar un diagnóstico preciso, por lo que si sospechas que puedes tener PES, debes buscar atención médica de inmediato.
Los síntomas iniciales de la PES pueden ser sutiles y similares a los del sarampión, como fiebre, tos, congestión nasal y ojos rojos. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, los síntomas neurológicos se vuelven más evidentes. Estos pueden incluir cambios en la personalidad, irritabilidad, dificultades en el aprendizaje y la memoria, así como problemas de coordinación y movimientos involuntarios.
A medida que la enfermedad avanza, los síntomas empeoran y pueden incluir convulsiones, deterioro cognitivo, pérdida de habilidades motoras y dificultades para hablar y tragar. En etapas avanzadas, los pacientes pueden experimentar ceguera, parálisis y coma.
Si sospechas que puedes tener PES, es importante que consultes a un médico especialista en enfermedades neurológicas. El médico realizará un examen físico y neurológico completo, y también puede solicitar pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre para detectar anticuerpos contra el virus del sarampión, pruebas de imagen cerebral como resonancia magnética (RM) y electroencefalograma (EEG) para evaluar la actividad eléctrica del cerebro.
Es importante destacar que la PES no tiene cura, pero el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Esto puede incluir medicamentos para controlar las convulsiones, terapia física y ocupacional para mantener la movilidad y la función, y terapia del habla para ayudar con los problemas de comunicación y deglución.
En conclusión, si sospechas que puedes tener PES, es fundamental buscar atención médica de inmediato. Si bien los síntomas pueden ser similares a los del sarampión, los síntomas neurológicos progresivos y persistentes son una señal de alerta. Solo un médico puede realizar un diagnóstico preciso a través de un examen físico, pruebas de laboratorio y pruebas de imagen cerebral. Recuerda que la detección temprana es clave para un mejor manejo de la enfermedad y una mejor calidad de vida.