La discinesia tardía es un trastorno del movimiento que se caracteriza por movimientos involuntarios y repetitivos, principalmente en la cara, la lengua y las extremidades. Estos movimientos pueden ser rápidos y bruscos, o lentos y serpentinos. Aunque la discinesia tardía puede afectar a cualquier persona que haya tomado medicamentos antipsicóticos durante un período prolongado, es más común en personas mayores y en aquellos que han estado tomando estos medicamentos durante muchos años.
Los síntomas de la discinesia tardía pueden variar en su gravedad y presentación. Algunos de los síntomas más comunes incluyen movimientos repetitivos de la boca, como chasquidos de labios, muecas, protrusión de la lengua y movimientos de masticación. También pueden presentarse movimientos involuntarios de los dedos, las manos, los brazos y las piernas, como movimientos de torsión, sacudidas o balanceo.
Además de los movimientos físicos, la discinesia tardía también puede afectar la capacidad de hablar y tragar. Algunas personas pueden experimentar dificultades para articular palabras o tener una voz entrecortada. También pueden tener problemas para tragar alimentos y líquidos, lo que puede llevar a la pérdida de peso y desnutrición.
Es importante destacar que la discinesia tardía puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas que la padecen. Los movimientos involuntarios pueden ser embarazosos y dificultar las actividades diarias, como comer, hablar y socializar. Además, la discinesia tardía puede causar dolor y malestar físico.
Si sospechas que tú o alguien que conoces puede estar experimentando síntomas de discinesia tardía, es importante buscar atención médica. Un profesional de la salud podrá evaluar los síntomas y determinar el mejor curso de acción. En algunos casos, puede ser necesario ajustar la medicación o cambiar a un medicamento diferente para controlar los síntomas de la discinesia tardía.