La Disfunción Temporomandibular (DTM) es un trastorno que afecta a la articulación temporomandibular, la cual conecta la mandíbula con el cráneo. Los síntomas de la DTM pueden variar desde dolor en la mandíbula hasta dificultad para abrir y cerrar la boca. El diagnóstico de esta condición se basa en una combinación de evaluación clínica, historia médica y pruebas complementarias.
El primer paso en el diagnóstico de la DTM es una evaluación clínica exhaustiva. El médico realizará un examen físico de la mandíbula y la articulación temporomandibular para evaluar la movilidad, la presencia de chasquidos o crepitaciones, y la presencia de dolor. También se evaluará la musculatura facial y se buscarán signos de inflamación o desalineación de la mandíbula.
Además del examen físico, el médico también tomará una historia médica detallada del paciente. Esto incluirá preguntas sobre los síntomas actuales, la duración de los síntomas, cualquier lesión previa en la mandíbula o el cuello, y cualquier otro problema de salud que pueda estar relacionado. También se preguntará sobre hábitos como el bruxismo (rechinar de dientes) o el apretamiento de mandíbula, ya que estos pueden contribuir a la DTM.
Una vez completada la evaluación clínica y la historia médica, el médico puede ordenar pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico de DTM. Estas pruebas pueden incluir radiografías, resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) de la articulación temporomandibular. Estas pruebas de imagen pueden ayudar a identificar cualquier anormalidad estructural en la articulación, como desplazamiento del disco articular o degeneración de los tejidos.
Además de las pruebas de imagen, el médico también puede solicitar pruebas de función mandibular. Estas pruebas evalúan la movilidad y la función de la mandíbula, y pueden incluir la medición de la apertura máxima de la boca, la desviación mandibular durante la apertura y el cierre, y la fuerza de la mordida. Estas pruebas ayudan a determinar la gravedad de la DTM y a identificar cualquier limitación funcional.
Es importante tener en cuenta que el diagnóstico de la DTM puede ser complicado, ya que los síntomas pueden ser similares a los de otras afecciones, como el dolor de muelas o la sinusitis. Por esta razón, es fundamental que el médico realice una evaluación exhaustiva y utilice pruebas complementarias para descartar otras posibles causas de los síntomas.
En resumen, el diagnóstico de la Disfunción Temporomandibular se basa en una combinación de evaluación clínica, historia médica y pruebas complementarias. El médico realizará un examen físico de la mandíbula y la articulación temporomandibular, tomará una historia médica detallada y puede ordenar pruebas de imagen y pruebas de función mandibular para confirmar el diagnóstico. Es importante que el médico descarte otras posibles causas de los síntomas antes de hacer un diagnóstico definitivo de DTM.