El Síndrome de Turner es una condición genética que afecta exclusivamente a las mujeres y se caracteriza por la ausencia total o parcial de uno de los cromosomas sexuales X. Aunque se considera una enfermedad rara, afecta aproximadamente a 1 de cada 2,500 recién nacidas.
Las causas del Síndrome de Turner son diversas y pueden estar relacionadas con anomalías cromosómicas o genéticas durante la formación del embrión. La mayoría de los casos se deben a una monosomía, es decir, la falta de un cromosoma X completo en todas las células del cuerpo. Esta monosomía puede ocurrir de diferentes maneras:
1. No disyunción cromosómica: Durante la formación de los óvulos de la madre, puede haber un error en la separación de los cromosomas sexuales X y Y. Como resultado, algunos óvulos pueden carecer de uno de los cromosomas X, mientras que otros pueden tener dos cromosomas X. Si un óvulo sin el cromosoma X se fertiliza por un espermatozoide con un cromosoma X, se desarrollará el Síndrome de Turner.
2. Deleción cromosómica: En algunos casos, puede haber una deleción parcial o completa del cromosoma X. Esto significa que parte o todo el material genético del cromosoma X está ausente. La deleción puede ocurrir espontáneamente durante la formación del óvulo o el espermatozoide, o puede ser heredada de uno de los padres que tenga una anomalía cromosómica.
3. Mosaicismo: En raras ocasiones, algunas células del cuerpo pueden tener la monosomía del cromosoma X, mientras que otras células pueden tener el número normal de cromosomas sexuales. Esto se conoce como mosaicismo y puede dar lugar a una variedad de síntomas y características del Síndrome de Turner, dependiendo de la proporción de células afectadas.
Además de estas causas cromosómicas, también se ha identificado una pequeña proporción de casos relacionados con mutaciones genéticas. Estas mutaciones pueden afectar a los genes relacionados con el desarrollo sexual y reproductivo, como el gen SHOX (Short Stature Homeobox), que está involucrado en el crecimiento y desarrollo óseo. Las mutaciones en este gen pueden contribuir a la baja estatura y otros rasgos característicos del Síndrome de Turner.
Es importante destacar que el Síndrome de Turner no es hereditario en la mayoría de los casos, ya que la mayoría de las mujeres con esta condición tienen una monosomía del cromosoma X que ocurre de forma espontánea durante la formación de los óvulos o los espermatozoides. Sin embargo, en casos raros de mosaicismo, donde algunas células tienen la monosomía del cromosoma X y otras no, puede haber un riesgo ligeramente mayor de transmitir la condición a la descendencia.
En resumen, el Síndrome de Turner es causado principalmente por la ausencia total o parcial de uno de los cromosomas sexuales X. Esta condición puede ser el resultado de una no disyunción cromosómica, una deleción cromosómica o mutaciones genéticas. Aunque se han identificado algunas causas, todavía hay mucho por aprender sobre esta condición genética y su origen.